Tú decides. ¿Quieres ser roble o bambú?.

1 Ene

robleobambu

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente pero durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece más de 30 metros. ¿Tardó sólo seis semanas crecer.? No, tardó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años. Se estaba preparando para después ser capaz de alcanzar el mayor de los éxitos y ser la planta con el crecimiento más rápido que existe en todo el reino vegetal. Ser el número uno no es fácil, hay que prepararse mucho para ello, y el bambú lo consigue gracias a siete años de profundizar sus raíces.

Entonces se hace tan poderoso que en un mes crece 32 metros, y aún cuando lo cortes seis veces, seguirá creciendo hasta los 32 metros en un solo mes. Por eso es tan apreciado. Porque sabe prepararse para triunfar, y si la desgracia cae sobre él, sabe renacer de sus cenizas y llegar otra vez a lo más alto empezando desde casi cero. Porque sus siete años de raíces le dan la fuerza para ello, su vida reside en su raíz, y aunque cortes el tallo, este seguirá creciendo.

Al cortar un Roble o un Pino jamás vuelven a brotar. Ellos no se prepararon tanto como el bambú y acaban pagando eso con su vida, con su fracaso. Sin duda alcanzan un primer éxito más rápido que el bambú, a los pocos meses ya tienen un tallo fuera de la tierra. Sin embargo un roble de siete años aún es un árbol pequeño, joven y delicado. Si le azota una tormenta lo arrancará y morirá; jamás podrá soportar que lo corten a la mitad horizontalmente, porque entonces morirá.

Las personas somos como los árboles, con la diferencia de que nosotros podemos elegir entre ser Robles o Bambúes.

Algunos quieren el éxito rápido, hacerse ricos rápido y sin esfuerzo. Son como el Roble, se posan sobre la tierra y esperan triunfar de una forma rápida y fácil, no quieren dedicar tiempo a prepararse, no desean perder el tiempo con esas cosas, quieren resultados rápidos y a la menor adversidad fracasan, mueren profesional y emocionalmente.

Otras personas son mucho más sabias, son los triunfadores que alcanzan todo lo que desean en la vida. ¿Cómo actúan? Hacen como el sabio bambú, primero se preparan, saben profundizar y reforzar las raíces del conocimiento, de la moral, de lo espiritual y de sus habilidades en su mente, durante el tiempo que sea necesario para, cuando por fin están preparados, crecer de una forma asombrosamente rápida, ser los mejores y conseguir el éxito. Un éxito sólido y duradero que ninguna tormenta es capaz de vencer a estos triunfadores, tanto da que la mayor de las desgracias caiga sobre ellos, renacen una y otra vez de sus cenizas, porque tienen los recursos internos necesarios para hacerlo.

De lo expuesto se deduce que:

  • Muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.
  • De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo y esto puede ser extremadamente frustrante. En esos momentos, recordaremos el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptaremos que sí está sucediendo algo, dentro de nosotros: estamos creciendo, madurando.
  • Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
  • Si no consigues lo que anhelas, no desesperes porque probablemente sólo estés echando raíces para luego crecer y triunfar.

Montse García

Marketing y Comunicación integral

Una respuesta to “Tú decides. ¿Quieres ser roble o bambú?.”

  1. Lydia Torres enero 2, 2013 a 10:22 pm #

    Al leer tu comentario recordé un cuento » EL HELECHO Y EL BAMBÚ» http://motivandoelfuturo.blogspot.com.es/2011/10/el-helecho-y-el-bambu.html, estoy de acuerdo en que vale más ser un bambú, necesitamos como es en mi caso más tiempo ,pero los recursos que vamos atesorando luego nos son útiles para recomenzar en los fracasos y volver a intentarlo. Me encantó esta aportación muy apropiada en estos tiempos que nos anima a ser pacientes. Un beso

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